10 Maneras de Sentirte 1 Masajista Miserable

10 Maneras de Sentirte 1 Masajista Miserable*Masajista miserable en el sentido de triste, desgraciada, desdichado, insulso, despreciable, sin fuste, ni ganas, sin valor, ni gracia, ni nada de ná… Es decir, que hoy escribo sobre un tema muy artístico: cómo sentirte mal si eres masajista.

Desgraciadamente es más común de lo que te pueda parecer. Por eso escribo sobre el tema. Para animarte. A ti y a todos los masajistas que se desanimen. Porque haces falta en la sociedad. El mundo necesita más masajistas.

¡Pa’fuera lo malo! Vamos a remover esos estados de malestar que aparecen de vez en cuando. Eso pasa en todos los trabajos, en todos los proyectos y en todas las personas, incluyendo masajistas.

Cómo Sentirte Miserable siendo masajista

Cosas que no debes hacer. Ponte una alarma en el móvil con lo que te corresponda:

  1. Compárate constantemente con otros masajistas. Piensa que cualquiera es mejor que tú, que eres del montón y que siempre habrá otros que sepan más que tú. Con un uniforme más bonito que el tuyo y con un peinado más favorecedor.
  2. Habla con tu familia sobre lo que haces y espera que te animen. Es decir, que tienes que esperar a que los demás compartan las misma ilusión y la misma pasión por los masajes que tú.
  3. Basa el éxito de toda su vida en un solo proyecto. Si puede ser, que tenga mucho que ver con lo que más te gusta. Que esté basado en tu trabajo de masajista. Ese que está tan mal pagado y tan mal reconocido.
  4. Plántate con lo que sabes. No te sigas formando. Deja de hacer cursos para crecer ni como persona ni como profesional. Son muy caros. Tampoco te hace falta leer ni actualizarte. El dinero cuesta ganarlo y no tienes tiempo que perder.
  5. Infravalórate. Subestima tu experiencia. Sigue haciendo prácticas. No cobres por tus masajes. Ni siquiera pongas un precio simbólico. No respetes tu trabajo.
  6. Deja que el dinero te dicte lo que tienes que hacer. Mídelo todo en dinero. Calcula las horas, el precio y los márgenes de ganancias con los masajes que das.
  7. Cede ante la presión social. Cambia de planes cuando todos te lo digan. Aunque te haga muchísima ilusión seguir adelante, olvida tu sueño y vuelve al rebaño.
  8. Haz solamente el tipo de trabajo que le gustaría a tu familia. Parecido al anterior. Ni siquiera te plantees polarizar. Es decir, que no busques un punto medio entre ésto que tanto te gusta, eso que mejor sabes hacer y aquello otro que es con lo que de verdad pagas tus facturas.
  9. Haz todo lo que tus clientes te pidan. Si quieren inventarse las condiciones de tu trabajo, obedece siempre. Si prefieren pagarte de otra manera, cede sin más. Si deciden cómo tienes que trabajar, hazles caso. Y lo mismo con tus jefes. Haz todo lo que te pidan. Aunque vaya en contra de tus principios.
  10. Establece metas inalcanzables y abrumadoras. Que tengas que llevarlas a cabo para mañana. Que supongan mucho estrés y no te permitan disfrutar del camino. Es la mejor manera de ganarte la vida. Creando tu propio estrés.

¿Que te parecen?

¿Alguna te ha hecho reflexionar? Esa era mi intención… 😉

Lucha por tus sueños y no te rindas, masajista.

Artículo inspirado en How to feel miserable as an artist:

or, what not to do, underline any that currantly apply

  1. constantly compare yourself to other artists.
  2. talk to your family about what you do and expect them to cheer you on.
  3. base the success of your entire carrer on one project.
  4. stick with what you know.
  5. undervalue your expertise.
  6. let money dictate what you do.
  7. bow to societal pressures.
  8. only do work that your family would love.
  9. do whatever the client/customer/gallery owner/patron/investor asks.
  10. set unachievable/overwhelming goals. to be accomplished by tomorrow.