¿Quieres ser masajista? ¿Quieres más clientes de masaje? ¿Por dónde empiezas? ¿Por dónde quieres empezar? ¿Has empezado ya?
Tienes dos opciones
Cuando quieres hacer algo tienes dos opciones: hacer o planear. Es decir, actuar sin más o planearlo antes. Pero si lo que pretendes es ser masajista, no hay opción. Tienes que empezar ya. Sí o sí. Como sea. ¿No te parece?
Si vas a planear, entonces también puedes decidir. Hacer un plan simple o detallado. Una hoja de ruta (para lo que sea) la puedes hacer de 2 maneras:
- Marcando los pasos que hay que dar en general y lanzarte a darlos ya.
- Detallando lo máximo posible cada paso a seguir antes de darlo.
Pero una es la buena: sal
El ingrediente secreto para ser masajista es la sal. Del verbo salir. Claro. Moverse para dar masajes. Para darte a conocer y conseguir clientes…
- Sal a ver más gente. Hazte un dafo, si crees que te hace falta. Pero sal ya.
- Sal y colabora con una buena causa. Colabora con quien sea.
- Sal y organiza un Apéro Massage After Work.
- Define tu visión y hazte algunas preguntas, pero sal a trabajar.
- Sal y participa en algún mercado local. Experimenta.
- Sal ya, porque la mejor manera de anunciarte no es por internet.
- Sal a dar masajes. Pensando globalmente y actuando localmente.
- Sal y no juzgues, conversa. Da masajes. Lucha por una causa.
- Si no tienes trabajo, sal y fabrícalo con tus propias manos.
- Para ya de hacer cursos y sal a dar masajes. ¿Qué te lo impide?
- Sal y demuestra por qué te gustan los masajes.
- Si quieres ser masajista, sal a dar masajes.
- Si odias a tu jefe, demuéstralo y sal a buscar clientes de masaje.
- Sal y equivócate, fracasa, aprende y avanza. No necesitas tarjetas.
Pingback: La Primera Gran Excusa Del Masajista | antonReina.com | Mi aventura de masaje Sentado