Lo más básico para tu negocio masajista

antonio_hospi439-collage

¿Negocio masajista? ¿De qué me hablas? Hablo del masaje. Es lo que te apasiona. En mayor o menor medida. Es un negocio. Una actividad profesional o aficionada. ¿Cómo te lo tomas? ¿Tienes dudas? ¿Vas en serio? ¿Sientes miedo?

¿Lo más básico, dices? Pues claro que no. Lo más importante no es nada material. Ni camilla ergonómica, ni silla de masaje, ni aceite esencial, ni tarjetas de visita… Tampoco es una web, un uniforme masajista ni una sonrisa bonita. Ni siquiera necesitas saber presentar tu servicio de masaje a empresas o particulares.

Los 3 pilares más básicos para tu negocio de masaje son…

Visión, intuición y flexibilidad. Lo más básico para tu negocio masajista es que tengas una Visión. Lo segundo es que cultives tu intuición, porque la necesitarás para tratar con personas. Lo tercero es la resiliencia, para saber adaptarte a lo que venga, ser flexible al decidir cómo avanzar, creer mucho en tí y seguir aprendiendo siempre.

Visión

¿Qué quieres hacer y con quién? Ten claro lo que quieres. Lo que te gusta. Eso que te apasiona. ¿Qué pretendes? Decide hacia dónde vas y cómo te gustaría recorrer tu camino. Dime cómo ves el mundo y después decide tus metas.

  • Si quieres alcanzar el pico más alto, tendrás que apuntar a la luna.

¿Qué te motiva? Cuando algo te emociona, eso te mueve. Te hace avanzar, te motiva. Te pone las pilas. El motor de la vida puede ser una emoción o un sentimiento. Ese motor será positivo o negativo. Depende de ti, de lo que has vivido y de cómo te tomas todo lo que pasa en el mundo. Eso es lo que más te ayudará o no a conseguir los objetivos que te propongas.

Intuición

¿Cómo avanzas? Puede que te lo pienses todo antes de hacer algo. También puede que te dejes llevar por lo que sientas que es lo mejor en cada momento. A veces es difícil saber centrarte en lo más adecuado en ese momento. ¿Tienes un plan? ¿Te dejas llevar? ¿Improvisas? ¿Cómo avanzas hacia tus metas? ¿Crees que eres capaz? ¿Tienes las cualidades que hacen falta?

¿Quién te inspira? Cuando miras a alguien que lo hace bien. Fíjate en su parte más humana. Eso que lo hace vulnerable. Así sentirás que somos iguales. Lo que suele marcar la diferencia es la actitud. ¿Qué te enseña? ¿Quién te anima o motiva? Síguele sin miedo ni vergüenza. ¿Qué te gusta más? ¿Qué te gusta menos de esa persona? ¿Te sienta bien admirar y reconocer el éxito, los logros o el mérito de otros?

Flexibilidad

¿Cómo consigues las cosas? Ya tienes una meta. Ahora da el primer paso. ¿Cómo te acercas a tu objetivo? ¿Es demasiado grande? ¿Lo puedes dividir en objetivos más pequeños y alcanzables? ¿Eres capaz de dividir esos miniobjetivos en tareas concretas? ¿Sabes cuándo algo ha funcionado o no? ¿Cómo mides tus avances? ¿Eres capaz de reconocer que te has equivocado? ¿Te das cuenta cuando fracasas? ¿Aprendes con ello?

¿Hay más maneras de hacerlo? Explora caminos y no tengas miedo de reconocerlo cuando te equivoques. Encaja los obstáculos o derríbalos… Incluso me atrevo a decirte que seas valiente. Sé valiente para todo. Pero sobre todo para reconocer tus limitaciones. Hazte un DAFO y decide cómo seguir adelante. Asume la responsabilidad de estar intentando algo que puedes conseguir. Asume la responsabilidad de abandonar cuando sea necesario.

Dime qué tienes o qué te falta y vemos si te puedo ayudar 😉