
Lo primero que necesitas para vivir es un propósito. Una meta. Un gran porqué. Un objetivo último de vida… Recuerda. Define. Redefine el tuyo… Es el gran motor de todo lo que eres capaz de hacer. Puede ser algo fijo o dinámico. Da igual que sea en la magia de la vida o en lo inútil que es todo. Una gran idea para ayudar al mundo o el placer de vivir en tu sillón, leyendo y desayunando. El propósito es tuyo. ¿Necesitas creer en algo?
Ordena tus ideas. Piensa y reflexiona. No es tan fácil, lo reconozco. Saber para qué vives o decidir por quién vives es algo serio. Requiere preguntas. Preguntarte y darle vueltas. Requiere tiempo y ganas. Para pensar, sentir o decidir…. Tampoco es obligatorio. Simplemente podría ser una herramienta para conocerte, aceptarte y cuidarte. Como cultivar eso del amor y el perdón. Hoy empiezo a revisar el mío… ¿Cuál es el tuyo?
P. D. Estas preguntas te pueden servir para empezar:
- ¿Qué te gusta hacer? ¿Con qué disfrutas de verdad?
- Eso que te hace perder el tiempo con mucho gusto…
- ¿Qué se te da bien? ¿Cuál es tu gran talento?
- Eso que te hace sentir bien aunque no tenga «sentido»..
- ¿Qué harías si fueras a morir este año/mes/semana?
- Eso que te limitas por tiempo, dinero o tus propios miedos.
- ¿Qué valores defiendes como los más importantes?
- Eso en lo que crees mental, emocional y espiritualmente.