344. Cuentacuento 4

Y entonces nació el bebé. Impregnado de una niebla mágica. Parecía uno de esos filtros de belleza para las fotos del móvil. Todo estaba rodeado de una nube de paz. Parecía una droga en el ambiente. Su madre lo esperaba desde hacía meses, era más consciente de la situación. Ahora quería tenerlo cerca y descansar. Su padre sabía que venía, pero hasta ese momento no comprendió la dimensión del cambio que acababa de ocurrir.

―Pasé casi toda la noche despierto, mientras dormían ―cuenta el padre de la creatura―, velé sus sueños y lloré a moco tendido. Lloré mucho y les hablé. Aquella primera noche me sentí como no recuerdo haberme sentido nunca. Pensé en la magia de la vida, en mi padre y sobretodo en mi madre. Conecté con ella y reviví cómo se sintieron ellos cuando yo nací. Supe que mi vida había cambiado para siempre. Todo había ido bien y no podía dejar de sonreír. ―¿Qué estaba pasando? ¿Qué había tomado? ¿Por qué se sentía tan bien? Mystères de la nuit

¿Sabes un secreto? La oxitocina es una hormona que produces tú. Ocurre en tu cuerpo y te ayuda a conectar. Te modula, conecta y reconecta. Contigo, con la vida y con los demás. Llámala C43H66N12O12S2 o llámala CHONS. Yo la llamo Fijadora de la Vida. ¿Y sabes cómo se produce? Pues tocando, achuchando, abrazando, animando, agradeciendo, escuchando, aceptando, bailando, gozando, llorando y aliviando. Colorín colorado.