
Virtud es la capacidad para hacer el bien. Se trata de una fuerza. Un poder. Una potencialidad. Un camino de mejora. Una manera de vivir pensando en qué es bueno, bello, justo y verdadero. Más que filosofar sin más, se trata de aprender a vivir de manera coherente. Porque la vida se vive haciendo y sintiendo, que no solamente pensando.
Incluso con miedo también eres valiente. Con templanza. Aunque tengas dudas. Sin tener que controlar ni disponer a tu antojo. A veces sientes miedo de mirar padentro y conocerte, o de mirar pafuera y reconocer a otros. El ambiente te condiciona. Recuerda que tú también condicionas a tu entorno.
Refuerza tus buenas cualidades. También siembra algo para compensar las menos buenas. Igual que la vida no parece justa y aún así intentas pensar o decidir lo más justo en cada momento. Practica sin prisa ni pausa. La virtud es un camino de vida.
Tu fuerza es buena. Úsala para servir y proteger sin hacer daño. Puedes liderar sin mandar ni dirigir. Ayudando a los demás. Dando ejemplo. Con compasión y confianza. Demuestra que cada persona es digna por sí misma.
Usa tus oídos. Escucha más. Respeta la dignidad de todas las personas. Conversa y dialoga sin necesidad de concluir nada. Cuida las palabras y aprende a comunicarte mejor. Desde la escritura y lectura hasta la conversación, debate y tertulia.
Da generosamente de verdad. Sin esperar recompensa y sin contar demasiado lo que haces. Exprésate con respeto y comparte sin esperar nada a cambio. Y si quieres dime qué piensas de la virtud, la bondad o la belleza de la vida.