Dices tú de los árboles.
Ayer se lo contaba a mi lista de correo.
Decía que para mí son dioses.
Especialmente los árboles grandes. Esos que impresionan tanto. Cuando caminas por debajo. Y miras hacia arriba. En la ciudad o en la montaña. Árboles. Dioses. Árboles dioses. Dioses árboles. En fin. Antoñadas…
Por cierto.
He perdido mucha interacción contigo.
Desde que ya no tengo mi cuenta de tuiter.
Aunque me podría conectar con otro perfil, claro.
Pero es que ahora me da pereza. Tengo más tiempo.
Tiempo. Qué tesoro tan efímero…
Tiempo para escribir. Tiempo para escribirte.
Desde mi lista privada. Desde este blog extraño.
Ahora necesito concentrar mi energía.
Para corresponder a quienes me apoyáis.
Y para corresponderme a mí mismo con resultados.
¿En qué estoy?
En ese manual de masaje sentado… (si no puedo hacer las fotos, lo dibujaré).
Y en el libro sobre el arte del escaqueo (estoy ordenando el contenido).
.
Por cierto, a mi lista te puedes apuntar aquí:
https://antonreina.activehosted.com/f/1
Ya sabes, cada día una antoñada.