Digo que pases. Pero me refiero a que no pares.

No pares de pensar.
No pases de pensar.

Que no pares.
Ni pases…

Lo más seguro es que no puedas parar de pensar.
Todavía. No sabrás parar de pensar, por ahora…

Hoy escribí para mi lista.
Me dispersé hablando sobre ese tema.
Lo de parar de pensar.
Parar de pensar.

Hablé de pensar. Hablé de creer. Y hablé de hacer.
Sigo dándole vueltas a eso del desapego.
Desde el punto de vista espiritual, digo.

Y aunque para mí es un tema muy particular, como seguramente lo será para ti en tu vida, valga la redundancia, estoy seguro de que podemos encontrar puntos de aprendizaje para nuestra salud y bienestar.

Me gusta el masaje sentado de acupresión tradicional japonesa, en forma de kata, con la ropa puesta, en pocos minutos y sin intención terapéutica, porque supone una pausa mental. Un alto en el camino del día a día o en el camino de la vida misma.

Es como la risa.
Cuando estamos riendo a carcajadas no solemos pensar demasiado. Es muy difícil.
Y eso es bueno. Reírte bien ayuda a pausar los pensamientos. Eso es un alivio. Al menos de vez en cuando.

Uno de mis proyectos va sobre el bienestar. Y no puedo evitar seguir dándole vueltas a cómo compartirlo.
No sé si es mejor enfocar el libro desde la mentalidad para la salud, desde propuestas favorables para nuestro cuerpo y nuestra mente, incluyendo el espíritu, o desde mi propia experiencia personal y profesional.

Cuando lo saque a la luz se lo diré primero a mi lista privada.
Luego lo pondré en mi blog.
Ya que me sigues y me lees, que lo tengas antes que nadie.
Y finalmente habrá que compartirlo con el mundo entero.

Nada más.
Que te cuides y te dejes cuidar.
Es tan importante como la vida misma.

Un fuerte abrazo.
Y que tengas un propicio día.

antonReina)))

P. D. – Te apuntas y te borras gratis. De mi lista privada, digo… Es aquí:

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Cada día una antoñada (incluso dos). XD