Será la edad.
Será el glamour.

Será el estilo, la clase.

Será la evolución, los años o las canas.

Será el autocuidado o el amor propio, ese que dicen.

No lo sé.

Será lo que sea, pero ya no me vale todo. Ya no me conformo con algunos hábitos de la mayoría. No me llenan muchos convencionalismos.

Me he vuelto más selectivo. Más delicado. Y eso que me gusta lo sencillo. Ojo. Una cosa es disfrutar con lo que sea y otra muy distinta es que me valga cualquier cerveza. Ni cualquier vino. Ni cualquier conversación. Ni cualquier libro. Ni cualquier persona.

Ya no me vale cualquier camiseta. Prefiero un polo o una camisa.
Un sombrero antes que cualquier gorra.
Una pluma antes que un boli.
Un encuentro antes que cualquier mensaje.

Ya no quiero estética antes de comodidad. Busco las dos.
Por confort y por elegancia.
No prefiero que me vean. Prefiero ser y estar presente.

Antes que salir del paso, me quedo con la aventura de la travesía. El camino. Lo real.

Yo qué sé. Sigo desvariando. Sigo intentando soltar lo de menos y vivir con lo demás.

¿Tienes algún objetivo así para darle forma a tu vida?

El verano se acaba y por aquí todavía hace calor. Extraña sensación.

P. D. – Me gusta escribir a diario. Contarte cosas para seguir pensando. Para eso está mi lista. Para compartir mis antoñadas. Solamente con gente rara y no tan rara.
A la vuelta de vacaciones me pongo contigo. Bonne nuit.
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