Jipi.
Me llaman jipi.
Da igual el motivo. La gente necesita ponerte etiquetas. Encasillarte de alguna manera. Es para su tranquilidad. Enfermerajipi era mi etiqueta. Cosas de las redes sociales digitales.
Ya estamos hablando de cosas raras.
Bueno, no tan raras… De amor, de buenas vibraciones y otras antoñadas que muchas veces no sirven para nada pero que no puedo dejar de tener en cuenta.
Alguien me ha dicho que cuando piensas más que sientes, te entran los miedos y el ego se pone a la defensiva. Y yo no estoy tan seguro de si eso es algo que eliges o te sale sin remedio. No se si, en eso de las buenas intenciones, naces o te haces.
Los niños pequeños sienten desde la inocencia más auténtica que conozco. Los iluminados que conozco también sienten así. Aunque muchas veces no los comprendan.
Debo reconocer que soy responsable de muchos de mis pensamientos. Reconozco que puedo decidir ser más retorcido o menos, respecto a las demás personas que me rodean. Habrá quien no lo pueda evitar. Pero siempre te puedes dar cuenta, digo yo.
Todo es fácil.
Según cómo lo mires.
La mente nos hace juzgar demasiado pronto.
Por eso muchas veces nos complica la vida.
Por eso deberíamos conocerla más. Conocernos mejor.
Desde dentro. Hacia nuestro dentro más profundo y personal.
Muchas veces vemos lo malo en los demás.
Y eso podría ser un reflejo de nuestra propia realidad.
Porque desde el amor construyes.
Desde el amor compartes.
Desde el amor creces.
Suma y multiplica.
Porque desde el miedo destruyes.
Desde el miedo compites.
Desde el miedo temes.
Resta y divide.
P. D. – Me conformo con que le des un pensado al tema y me respondas si así lo consideras. Sigo dándole vueltas al tema.
https://antonreina.com/el-arte-del-escaqueo/