Zapatos fuera

Dices tú de la gente.

En mi trabajo veo de todo.
Dice mi padre que es así. Que tiene que haber de todo. Que en el mundo existimos animales de todas las clases. Una vez se lo dijo a una vecina y se enfadó con él.

Como enfermero asisto a muchas personas. Unas veces tengo avisos leves. Y otras son urgencias o emergencias de verdad.

Entro en muchas casas. Veo mucha gente. Hay de todo en la viña del señor.

Hoy te quería comentar el tema de la higiene en casa. Pero no hablo de limpieza, sino de cuidado con lo que viene de la calle.

Los hay que se dejan los zapatos en la ventana. Otros en la puerta de entrada. Incluso en el pasillo de fuera. Unos que se suben al sofá con las zapatillas de la calle. Y el premio gordo lo tienen los que se meten a la cama con el calzado de la calle.

Vamos a dejarlo ahí.
Veamos otros dos aspectos del tema:

Una cosa es que te huelan y los pongas a ventilar. Me parece muy bien. A algunos vecinos imagino que no. Pero hay algo más importante.

Otra muy distinta es que no pises dentro de tu casa con el calzado de la calle. Debería ser una regla de oro en el cuidado básico de cualquier casa. Poner cierto límite a lo que entra en el hogar.

Tal y como haría una buena membrana celular, sería conveniente que cuides lo que circula entre tú, tu casa y la calle. Especialmente si hablamos de la ropa del trabajo.

P. D. – Las cosas de casa son también cosas de salud. Y no es mismo vivir un poco jipi que vivir pasota. No es lo mismo desenfadado que dejado. Lo natural no es ser marranos, sino limpios y curiosos.
* Aquí debería poner un enlace a alguno de mis proyectos, pero hoy me siento bien así 😉

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