¿Te digo qué?
Así empieza.
Así me cuenta cualquier cosa.
Mi pequeño retoño creciente.
Ahí está Lucas. Llamándome de vez en cuando.
Siempre quiere jugar.
Dibujar juntos.
Muero de amor.
Me da la vida. Me reconecta con mi yo de niño. Y eso me sienta bien.
Ahora bien. Me cuesta mucho sacrificar el tiempo de calidad que paso con él. Por eso digo que uno de los pilares de mi vida es el tiempo.
¿En qué inviertes tu tiempo?
¿Lo usas todo para lo mismo o repartes entre familia y proyectos?
Yo necesito expresarme.
Por eso he creado varios canales. Para dar rienda suelta a esa energía.
Otra cosa es lo que llegue a conseguir.
Lo importante es tener claro a qué dedico mis días.
Al menos, saber en qué gastas tu tiempo. Ese que llamas ‘libre’. Ese que muchos quieren ‘matar’. Qué cosas.
¿Redes sociales? ¿Televisión?
¿Familia? ¿Trabajo? ¿Más trabajo extra? ¿Doméstico?
¿Juego? ¿Conversación? ¿Lectura?
¿Aficiones? ¿Pasatiempos? ¿Autocuidado?
¿Yoga? ¿Servicio comunitario?
Es bueno pensarlo. Al menos una vez.
¿En qué gastas tu tiempo?
¿Acaso piensas en invertirlo en mejorar tu vida? ¿Tal vez la de otros?
P. D. – Cuando te hable de bienestar, si es que llegas a verlo, lo haré en esos términos. Más o menos. Salud. Tiempo. Dinero. Estoy en ello. ¿Y tú? ¿En qué estás?