
Hartura de todo.
De trabajo y de buenos equipos.
De protocolos cambiantes y caras nuevas.
De guardias trasnochadas y kilómetros abundantes.
Desayunos alegres y cenas invisibles.
Hartura de mascarillas y tests de antígenos.
Pruebas PCR y vacunas.
Adultos y jóvenes. Niños y padres.
Fotógrafos y televisiones.
Hartura de otoño e infierno.
Hartura de estrés.
De trasnochar y madrugar.
Buen compañerismo y equipazo de lujo.
Alguna discusión y mucha presión.
Cribados masivos, pateras, residencias y calle.
Trajes de protección y mucho sudor.
Muda de ropa para cambiarse.
Mucha calle y mucha gente.
Sol, mucho sol.
Y lluvia, mucha lluvia.
Hartura en sentido de abundancia.
Es la palabra que me sale cuando lo pienso.
Gracias por lo vivido y por lo que estará por venir.
Gracias por estos contratos temporeros.
Gracias por las condiciones de trabajo.
Gracias por ser equipo para todo.
Gracias por ser y estar.
Gracias por ser personas.
Gracias por cuidar personas.
Gracias a técnicos y enfermeras.
Os quiero mucho.
Nos vemos donde sea.
Hablamos al aire libre, sin mascarilla.