
Apostando por una enfermería galáctica. Time to endorse a galactic perspective of nursing consciousness. Del ciclo Las 13 enfermerías que propongo para 2020: Magnética. Lunar. Eléctrica. Auto-existente. Entonada. Rítmica. Resonante. Galáctica. Solar. Planetaria*. Espectral. Cristal. Cósmica.
Enfermería galáctica es la más íntegra y coherente consigo misma. Vive con dignidad y orgullo su propósito y su razón de ser. Estamos viendo, precisamente, cómo las enfermeras somos capaces de ponernos serias y hacer, hacer, hacer lo posible y lo imposible, con los medios adecuados o casi sin recursos materiales de apoyo. Las enfermeras y el resto de equipos que nos cuidan desde la limpieza y retirada de residuos hasta la asistencia, docencia, gestión, e influencia social y cultural, local real o pública general.
Imaginando que nuestro propósito principal es CUIDAR en general. ¿Qué cuidamos ahora? ¿Solamente a los enfermos? ¿A las familias desbordadas? ¿A los profesionales que ya están cuidando y no dan abasto para más? ¿A los enfermeros que están enfermos y ya no pueden ni trabajar ni volver a sus casas con sus familias? ¿A la población que en principio está sana, pero según sus hábitos en unos meses habrá enfermado por sedentarismo, mala alimentación y falta de autocuidado, por ejemplo? Pues sí a todo. Que se nos olvida el entorno, eso de limpiar y ventilar o airear las estancias… La cultura y el arte, precisamente ahora, para pedir que nos dejen trabajar en condiciones dignas y sin tanta precariedad de empleo, que nos lo vienen empeorando todo desde hace mucho.
Otro tema será qué pasará después de la pandemia. Qué otros problemas volveremos a tener que abordar. Porque ahora estamos enseñando a la población (un poco por las malas, la verdad) que no todo es tan urgente como se piensan y que hay cosas para el centro de salud en horario de mañanas. Ahora vemos que se puede filtrar mejor por teléfono antes de movililizar todos los recursos por tu indisposición. Si lo toman como una guerra, lo que quedará serán heridas de los héroes por currantes y de los pacientes y familias por sufrientes.
Una propuesta más concreta es, por ejemplo, que seamos conscientes de los discursos que dicen nuestros jefes, nuestros políticos y empresarios. Porque la gente influyente no necesita caer bien ni preocuparse por el bien común. Y claro, les hemos dejado manejar la política y la economía a su antojo. Hay que ir pensando en cómo y dónde votamos. Mirad a las personas y no a los colores de filiación. Lo que cuenta son los hechos y lo demás parece pura difamación en los medios de comunicación. Sigamos cultivando corrientes de pensamiento, porque el juego acaba de empezar y nadie sabe cómo sigue ni cómo acaba.