
Buscando al enemigo he descubierto a mi yo de niño. Un bebé inocente que nunca dejará de serlo. Ha sido un verdadero redescubricierto. Ni justo ni necesario, solamente oportuno. Después de culparme por cómo he vivido, ahora por fin me siento agradecido. Por lo vivido. Sufrido. Dolido. Elaborado. Y ahora sanado. Somos hijos del amor/temor. Es cuestión de equilibrio entre culpa y comprensión. Entre la alegría-gozo-dolor de pervivir y la angustia-ira-resentimiento-enfado de supervivir.
Buscando luz he conocido el lado oscuro. Esa sombra que me acompañaba. Forma parte de mí. Siempre está ahí. Aunque no me define. Soy eso y mucho más que eso. Ya he dejado de culparme. Esa poderosa fuerza oscura mueve muchos hilos. Es un tremendo miedo con demasiado protagonismo. La vida es amor y miedo. Todo está relacionado. Me he perdonado y ahora me amo. Ahora me cuido. Ahora vivo. Ahora abro mi propio camino. Gracias a la voluntad de no conformarme y querer mejorar.