Pregunta o afirma para empezar. Formal o informalmente. Temas abiertos o cerrados. Grupos grandes o pequeños. Me gustan mucho las tertulias. No siempre hay que tener un objetivo concreto ni una cuestión definida que resolver. Se trata de conversar. Disiente o converge. Concuerda o discuerda. Argumenta y contradi. Disfruta refutando, expresando y razonando. Siente, escucha, piensa y di lo que consideras. Puedes no decir nada.

Quiero aprender a debatir. Disfrutar escuchando y aprendiendo de otros puntos de vista tan válidos como el mío. Entender cuándo mis ideas son limitadas. Reconocer cuándo mis creencias son poco maduras, como dice José Luis. Quiero reflexionar. Mirar más allá de lo aparente. Huir de tópicos y extremos facilones. Escuchar y aprender más. Porque yo no sé casi nada.

Reconoce tus creencias y valores. Reconoce desde dónde estás debatiendo. Todo es relativo. Ponemos un marco para hablar. Unos principios y valores que nos definan, como hablaban Susana, Esteban, Jaume, Ana, Yolanda, Isabel, Tona, María, Cris, Miguel, Emma… en una conversación tuitera de tantas.

Se trata de respetar. Lo más importante es saber escuchar. Aprender a expresarte con respeto y buenas maneras. Te puedes enfadar, pero no desprestigiar a otros. Eso es perder los papeles. Así no aportas nada. Es mejor callar que insultar. Prefiero escuchar a insistir en mis ideas. Más silencio y reflexión. Menos gritos y violencia en la comunicación.