
Todo es negocio. La vida es un mercado.
Somos productos. Somos productores.
Somos clientes. Somos consumidores.
Vales lo que tienes. Vales lo que produces.
Tus problemas no interesan. Tu dinero sí.
@antonReina
Esta reflexión surge después de intentar adaptar a lo sanitario una interesante reflexión sobre educación que leí en Twitter. Primero copié e intenté traducir. Adapté y después comprendí: Ni soy mercancía, aunque me trates como tal. Ni soy algo técnico, aunque en mi trabajo me obligues a serlo. Ni soy paciente por mi enfermedad. Ni soy consumidor de mi salud, aunque me comporte y me trates como tal. Todo lo que haces tiene una finalidad comercial. Todo es un medio para fines políticos o económicos. No sé qué es peor. Todo es un negocio. Lo mejor será aceptar y empezar a pensar diferente. ¿O ya no es posible?
