Una Enfermería postmoderna: ¡Estoy en el FanZinEnfermero!

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Hola, ¿cómo estás?

Días difíciles y alegres para mí... Buscando ritmos diario y semanal para enfrentar el nuevo curso tanto escolar, familiar, académico, colegial y profesional. También llegan nuevos proyectos y eventos que iré compartiendo contigo. Por ejemplo, este mes me despido de mis vacaciones y lo empiezo con varias alegrías. Una de ellas es la pequeña-gran satisfacción de que publican un artículo mío en una revista para enfermeras… ¡Estoy en el Fanzine Nuestra Enfermería! 

Para mí es un honor formar parte de ese equipo al que tanto admiro. Gracias a la confianza de Fernando Campaña (@ferenfer) estreno sección propia en el Fanzine de Nuestra Enfermería. Se llama Enfermera Hippie y seguro que dará mucho que hablar. Para bien y para mal… Es lo que tiene exponerse públicamente, de una manera u otra.


Una Enfermería Postmoderna.

Por @antonReina

Sobre los fundamentos epistemológicos del cuidado holístico.

Considerando el postmodernismo primero como una actitud filosófica inicial, segundo como un movimiento artístico en general y tercero como una corriente o proceso cultural en particular, podríamos hablar de una Enfermería Postmoderna, pero solamente con la intención de disentir y cuestionar el modelo biomédico cientificista todavía vigente en prácticamente todas las ciencias humanas y sociales. El objeto de tal confrontación es abordar un enfoque holístico para reflexionar sobre fundamentos científicos actuales en los que se pueden apoyar los cuidados e intervenciones enfermeras que llamamos complementarias y poco o menos convencionales.

Según Lyotard, los grandes metarrelatos ya no sirven para explicar la realidad. Pero, aunque eso en sí mismo pudiera ser otra metanarración como afirman Callinicos y Habermas, lo que está ocurriendo es un cambio de época hacia un nuevo pensamiento menos cientificista, más interpretativo, y que valora más la perspectiva individualista de construir la propia verdad. Aunque vivimos en una sociedad que nos condiciona y nos conduce en gran medida, existe la tendencia a construir nuestra propia identidad desde dentro. Se trata de decidir qué es el conocimiento real, pero de una manera mucho más individual, con la dificultad y responsabilidad que ello conlleva, pues todo conocimiento es interpretativo, siempre que no hablemos de opiniones, prejuicios o intereses, y todo conocimiento es además un proceso social muy complejo.

Cuando hablemos del cuidar en general o de los cuidados enfermeros en particular, siempre tendremos que hablar de personas y de relaciones entre personas. Las relaciones humanas que nos conectan, ayudan, guían o reconfortan son lo más básico en Enfermería, junto con los conceptos de persona, salud, entorno y cuidados. Collière considera que cuidar es mantener la vida durante cualquier etapa de la misma, y eso no tiene que estar necesariamente relacionado con la enfermedad. Se hace imprescindible así fundamentar un enfoque de la salud lo más coherente, holístico e integral posible, lo que conlleva por definición a intentar abarcar todas las esferas humanas, estudiando en profundidad las leyes físicas, biológicas, psicológicas y sociales para poder cuestionar el paradigma científico actual. En Biología, por ejemplo, se puede considerar la vida como un proceso auto-organizativo más o menos complejo, tan emergente que necesita de una visión holística para estudiar las relaciones entre el ambiente y la persona, entre la genética y la epigenética.

Desde varios frentes científicos y profesionales ya se está rescatando la memoria terapéutica o cuidadora integral y holística, también llamada antigua o ancestral, porque es innegable el interés creciente en todo el mundo para la salud de la población. Así mismo es oportuno y necesario que la Enfermería investigue estas cuestiones, concretando un objeto de estudio propiamente dicho y usando una metodología lo más rigurosa posible; porque nuestra función esencial consiste en propiciar el bienestar físico, mental, sociocultural y espiritual de las personas a las que cuidamos con la mayor garantía ética, científica y profesional que nos sea posible de manera consciente.

Si bien es necesario reconocer los grandes avances tecno-médicos en el diagnóstico y tratamiento de muchas enfermedades, también lo es valorar las limitaciones del paradigma imperante, eminentemente reduccionista, mecanicista, analítico y evolucionista, que desprecia otras formas de curar solamente porque no puede abordar conceptos tan humanos como la conciencia y la energía vital. Es evidente que lo ideal sería completar o complementar estas limitaciones para ofrecer así una visión más espiritual, completa y abierta del ser humano, pero eso solamente se consigue redefiniendo al hombre desde su capacidad más específica: la autoconciencia, que al incluir aspectos cognitivos, racionales y emocionales de nuestra mente podría relacionar mediante un análisis de Fourier directamente a la conciencia con el nivel de energía electromagnética.

Al hablar de energía como fuerza de acción o capacidad de trabajo, será necesario desarrollar los conceptos de carácter pulsatorio, la dinámica polar y circuitos de campo o biocampos como mecanismos de acción vibracional o bioenergética que ocurren a través de ondas, no partículas, y que solamente son explicables desde la Física. A pesar de la diversidad de enfoques posibles y la dificultad al abordar el tema, se pueden describir toda una serie de fundamentos científicos cuyo orden de estudio parta desde lo más intangible a lo más proteico que podemos estudiar. Desde nuestra conciencia a la energía codificada en las emociones y de ahí hacia sus efectos directos sobre la estructura más bioquímica de nuestro cuerpo genético.

La Cronobiología habla de ritmos naturales en el cuerpo relacionados con nuestra calidad de vida, los cuales se sincronizan o alteran según los ritmos circadianos de sueño/descanso, el contraste de luz entre el día y la oscuridad de la noche, la existencia de actividad física, la regularidad en nuestros hábitos, la actitud mental que adoptemos y la alimentación. Desde aquí se pueden fundamentar otros conceptos como la sincronización del organismo de y con la matriz extracelular, que vendría a ser el medio ambiente en el que viven nuestras células.

En conclusión, esta idea central gira en torno a fundamentar un enfoque no solamente más humanista sino más holístico para nuestras investigaciones en Enfermería, donde se puedan considerar tan importantes la aptitud genética como la actitud autoconsciente, que es lo que origina nuestro estilo de vida y condiciona nuestro complejo ambiente colectivo dentro del paradigma de la transformación. Evidentemente es necesario diseñar estudios y experimentos midiendo parámetros tanto cuantitativos como cualitativos.

Referencias bibliográficas:

  • Illich, I. (1975). Némesis médica. La expropiación de la salud. Barcelona: Barral Editores, 35-84.
  • Organización Mundial de la Salud. (2013). Estrategia de la OMS sobre medicina tradicional 2014-2023.
  • Munárriz, L. A. (2005). La conciencia humana. La conciencia humana: perspectiva cultural, 41, 11.
  • Valle, M. C., Rodríguez, M. B., & Martos, J. A. F. EL INCÓMODO VÍNCULO ENTRE MEDICINA Y FE.
  • Lipton, B. H. (2007). La biología de la creencia. La liberación del poder, de la conciencia, la materia y los milagros. Editorial Palmyra.

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