No es que evites lo que no te gusta.

Es que al atender
a lo que está mal,
le enseñas que eso
recibe más energía.

Si atiendo al niño cuando está bien, contento, jugando, gritando,,, tal vez le enseñe que el bienestar es mejor que la preocupación.

Tal vez hacerle caso a un estado positivo le enseñe a ocuparse más de estar bien.

Tal vez le enseñe a atender debidamente a su propio bienestar.

Tal vez le estoy enseñando a preocuparse sin darme cuenta.

Tal vez tiendo a atender más a algo que no debo.

Tal vez sea mejor prestar más atención a la calma, el disfrute, el gozo, la dicha, el juego y la risa.

Tal vez, digo yo, fuera mejor mostrarle especial interés a las fuentes de bienestar y de salud, que es lo que pretendo promover por activa y por pasiva, tanto para mí como para el ejemplo que les doy a los que me importan.

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¡Buen día y buena semana!
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