Vacaciones como puntos de inflexión.

De un mes o quince días. De una semana o un finde. Incluso un día concreto. Aunque sea una hora. Un ratico. Un café o un helado.

Pienso que deberíamos hacer al menos una buena pausa de calidad cada día. Antes, durante o después de la jornada laboral, estudiantil o familiar y doméstica que hayamos vivido.

Y si lo la haces diaria, al menos semanal. Domingo de lectura o de misa. Sábado de fiesta o escapada…

Y si no haces ninguna parada semanal o mensual, que sea al menos trimestral o semestral. Lo mínimo ya es una vez al año. Un día fuera del tiempo. Ese que yo celebro cada 25 de julio…

P. D. – https://antonreina.activehosted.com/f/1

P. D. 2. – Arriba te apuntas a mi lista privada de correo, que será mi principal vía de comunicación con el mundo cuando colapsen las redes sociales y aplicaciones ladronas de tiempo, de atención, de energía y de vida.

P. D. 3. – Pasa un buen día y haz alguna pausa. Aquí. Ahora. Porque sí. Pa ti. Sin más. Ni menos.