
Con amor.
Con cariño.
Veo que se puede trabajar la disciplina con amor. Y con cariño.
Con amor propio.
Por amor propio.
Me puedo reinventar desde el mayor aprecio por mí mismo.
Siendo amable conmigo.
Generoso.
Amoroso.
Considerado.
¿Será posible?
¿Acaso hace falta un poco de sufrimiento?
Para cultivar la disciplina, digo…
¿Ducha fría o fresca, que también contrasta?
¿Ejercicio intenso o moderado, que también activa?
¿Hábitos extremos o sostenibles, que también construyen?
Por ahora soy amable conmigo.
Otra cosa es que no afloje.
Ya te contaré.
Paz)))
.
Descubre más desde antonReina)))
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.